Retrato
Esta es mi
cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de
hastío y una boca de sed...
Lo demás,
nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas,
amoríos... Nada grave,
Un poco de
locura, un algo de poesía,
una gota del
vino de la melancolía...
¿Vicios?
Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo
ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no
negar mi tierra de Sevilla,
media docena
de cañas de manzanilla.
Las
mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una
que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de
no amar sino muy vagamente
una porción
de cosas que encantan a la gente...
La agilidad,
el tino, la gracia, la destreza,
más que la
voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia
es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor
helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello
de sol y una risa oportuna
amo más que
las languideces de la luna
Medio gitano
y medio parisién -dice el vulgo-,
Con
Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que
un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido
ser un buen banderillero.
Es tarde...
Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre,
aunque no niego que llevo prisa.
Autor:
Manuel Machado
Foto: Vicente Ávila
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